ZONAS ARQUEOLOGICAS
Las áreas arqueológicas del municipio comprende 3 zonas: pinturas rupestres, la ciudad fortaleza y otros sitios.
Pintura rupestre: Están ubicadas al inicio de la planicie aluvial, dentro de un amplio territorio comprendido entre los 200 y los 1 000 m.s.n.m. Las cuevas se consideran como formaciones aun jóvenes y son tres las descubiertas: Cueva pintada, cueva Quitzintla y Cueva Cuauhtochco. Se tiene noticia de otra cueva mencionada por Medellín Zenil como Cueva Pintada, situada más al sur de Cuauhtochco, cercana a Cotaxtla.
Cueva Pintada: está cerca de Mata Gallina y de una mina de arena, contiene fragmentos de restos óseos. Afortunadamente, los sitios de las pinturas se encuentran literalmente desconocidos para los lugareños, por ello las representaciones graficas se han conservado en buen estado; la oquedad más grande de las tres, tiene 23 m. de largo en línea de goteo y 4 de profundidad horizontal, a partir de la misma línea. La amplitud del piso del abrigo es de 9.70 m., luego inicia la suave pendiente hacia la profundidad de la barranca. En el centro del abrigo, se encuentran piedras con manchas oscuras causadas posiblemente por fogatas recientes. Las paredes están ligeramente erosionadas en la base, sin formación de estalactitas ni estalagmitas, aunque existe una patina que ha integrado las pinturas a la misma composición de la roca. Las pinturas se localizan en la pared exterior y muestra usos de pigmentos rojos, en tanto que las interiores son de color blanco y una negra. Hay 58 motivos pictóricos de tipo geométrico, de animales y figuras antropomorfas. Además, algunos agujeros pequeños y diseminados, presumiblemente de origen natural, fueron reutilizados por los artistas.
Cueva Quitzintla: ubicada en la parte inferior del cerro donde se construyo la ciudad fortaleza. Al ser utilizado por pastores y ovejas alteraron piso y paredes. Su entrada está a 23 metros de altura sobre el nivel del espejo del agua del arroyo. La planta de forma semicircular tiene dos niveles, con 70 cm. de diferencia, conformando una mesa natural. A partir de esta línea de goteo, la profundidad mayor es de 3.80m., en tanto que el largo de la boca es de 13m. Los motivos pictóricos son 6 zoomorfos, diseñados por la superficie, bastante borrosos, debido a la mancha del humo.
Cueva Cuauhtochco: es el más pequeño situada al oriente del sitio arqueológico, a 100 metros sobre el nivel del rio Atoyac. La boca medida desde la línea de goteo es de 12 m. y su profundidad es de 8 m., aunque su altura máxima es de 1.50 m. Esta casi oculta por la tupida vegetación, lo que la ha protegido del saqueo. Solo tiene dos motivos pictóricos zoomorfos, posiblemente tuvo otro de tipo ocupación, a juzgar por la presencia de de fragmentos de grandes ollas de barro burdo.
La figura humana-divina: bajo esta categoría clasificamos a 3 figuras encontradas en la parte superior de Cueva Pintada, representan a Tláloc, con su grotesca bigotera. El motivo más simplista de Tláloc consiste en 2 círculos irregulares sobre una línea horizontal, de la cual emergen 3 líneas verticales con una longitud similar a la que alcanzan los ojos. El siguiente motivo es otro Tláloc, representado por dos círculos ligeramente elípticos, pintados sobre una línea horizontal irregular. Esta figura difiere a la anterior, ya que del extremo inferior de las líneas de la orilla parten 2 curvas hacia afuera, semejando bigotes dibujados por un niño. La tercera figura la más hermosa por su abstracción y realismo, es un Tláloc coronado por 7 líneas verticales que nacen de una horizontal; podemos suponer que representa cabello. Falta una línea que demarcaría el rostro, sin embargo, este se interpreta a través de la disposición de los ojos, la nariz, la boca, el bigote y la barba. Otras figuras son 2 pequeñas manos que, aun cuando no llegan a tocarse, muestran la unión a través de la punta de los dedos, representado por líneas de trazo burdo, extendidas hacia afuera en forma radial. Todas fueron pintadas en blanco.
La figura animal: se complementa con árboles. Hay una tortuga cuyo contorno fue magníficamente trazado alrededor de una protuberancia de la pared; la prominencia fue modificada para configurar no solo la forma del caparazón, sino algunos rasgos del mismo; es decir, la impresión causada por esta pintura escultura, es la de un realismo bastante profundo. El ciempiés, por el contrario, de un trazo pobre, en una línea casi recta, en cuyos extremos aparece una bifurcación. A lo largo de la línea que funge como cuerpo, se distribuyen pequeñas líneas rectas a manera de pies, de un lado hay 12 pinceladas o pies, del otro se pintaron 14 trazos.
Las 2 víboras emergen de un hueco natural de la pared, la imagen visual es exquisita, ya que uno de los extremos del animal parece que permanece en el interior de la oquedad. Una de las víboras sin cabeza, tiene el cuerpo ondulante y sigue las prominencias de la pared. Aparece una lagartija, magníficamente estilizada con las dos patas traseras en forma de cuadro, rematadas en pequeñas líneas cruzadas semejando uñas y garras, con el cuerpo ligeramente hinchado y las dos extremidades delanteras más cortas que las traseras. De la mancha circular de la cabeza parte un trazo que se agudiza hacia el final en forma de cola.
De la figura de un mono, una línea curva sale en la parte media, y en trazo circular se transforma en una línea concéntrica a manera de cola. A la mitad del tronco una protuberancia indica el vientre, del cual parten dos líneas curvas ascendentes que asemejan los brazos; de la cabeza, una masa uniforme, parten 2 pequeñas líneas a modo de orejas. Hay otras figuras de venados borrosas e inmóviles.
Las figuras abstractas: en la cueva pintada sobre una perfecta medida luna hay 4 pequeñas líneas verticales y sobre ellas, una recta de cortas dimensiones, formando un tablero sobre el que se desplantan, en forma vertical y semirecta, una línea que deriva en curva concéntrica. Al animal lo devora una víbora delgada con la mandíbula abierta. Entre la media luna base del tablero y la mitad del cuerpo de la víbora, hay una estrella de 7 picos. En todo el conjunto existen alucinaciones a la fertilidad en los vientres abultados y el ciclo constante del movimiento vida-muerte-vida, víbora-mono-víbora. Sobresalen la ausencia de aves, todo se encuentra en agua y tierra: tortuga, lagartija, víbora y cangrejo.
Materiales empleados: Poca Variedad cromática: blanco, negro y ocre. El primero fue más abundante y el negro hay un solo motivo: la espiral. En ocre hay 2 figuras de animal en el exterior de la cueva pintada: una víbora y un venado. Los colores ocre, rojo, amarillo y negro tienen como base varios óxidos minerales de origen volcánico, que se encuentran presentes en la región, el blanco, por cierto el mas durable de los colores, es el producto de la aplicación de piedra desmoronada y disuelta en agua.
Discusión: solamente una de las cuevas está aislada del agua, la cueva de cuauhtochco, que se distingue por su relativa lejanía, aunque también es la única que presenta cerámica. Predominan temas zoomorfos: venados, tortugas, cangrejos, monos, víboras, etc. En pocas figuras los trazos intentan establecer nexos mágicos o simbólicos y se reducen a 3 las manifestaciones religiosas ligadas a Tláloc. Las superficies con pinturas son más blandas que las capas que forman los pisos y, por tanto sufriendo la erosión, que incide directamente en la calidad cromática de los motivos. Habrá que dictar las medidas necesarias para preservar uno de los conjuntos pictóricos más importantes del estado de Veracruz. La ciudad fortaleza
La ciudad de Cuauhtochco está situada en lo alto de una larga y angosta meseta circundada por una profunda barranca, menos hacia el Norte, donde esta se estrecha, teniendo además un fuerte desnivel que acentuaron con las grandes murallas del <<Habillal>>. Mas allá de las murallas siguen algunas anfractuosidades en el terreno hasta alcanzarlos llanos pedregosos que van hacia Paso del Macho. Los lugares que facilitarían el acceso a la ciudad, fueron fortificas con murallas: al sur, en el paso de Xihuitlán y en el camino al Rincón del Guaje, cuyo muro cierra un estrecho paso entre el precipicio y el cantil cortado a tajo.
La zona habitacional se encuentra dentro de estas 3 murallas entre los cantiles de formación natural, pero el centro y último reducto ofensivo, está situado un poco más arriba, defendido por los mismos precipicios, además de pretiles y murallas, ocupan 4 has. Sobre el borde sinuoso de la meseta se levanta un pequeño muro con bajo basamento a manera de escalón, a través del cual hay perforaciones para el desagüe, cubiertas de estuco, y de forma trapezoidal. En algunas partes del contorno no se encontraron huellas del muro y, en otro tramo, como en el sur, fue sustituido por una muralla.
Dentro del recinto hay 30 construcciones distribuidas irregularmente, desde pequeñísimos montículos de altura apenas perceptibles hasta plataformas, montículos grandes, plazas, aposentos, fuentes y pirámides. El trazo del centro ceremonial, lleva un orden concertado en relación a los aposentos, la capilla, el teocali y las plataformas del sur. Altera este reparto ordenado de los espacios, los montículos de la parte suroeste, de los cuales algunos, por su ubicación parece ser mas reciente. Los montículos pequeños están marcados por las hiladas de cantos rodeados, tanto en el relleno como en la cubierta. Se ve que algunos tuvieron cuerpos piramidales y escalinatas. Las plataformas sencillas sirvieron para hacer nivelaciones en las plazas y para construir habitaciones o adoratorios
Hay junto a la <<capilla>>, hacia el norte, una pequeña fuente rectangular recubierta con piedra y estuco. En el lado sureste, aparecieron los cimientos de una habitación con planta cuadrada de piedra de descanso directamente sobre el suelo. Debió ser morada de algún jefe o sacerdote. A las construcciones más importantes de la zona, los lugareños las designan como la <<capilla>> y el <<fortín>>.
La capilla: es una gran plataforma poligonal con dos etapas constructivas visibles, ambas hechas de cantos rodados, amarrados con estuco y recubiertas con el mismo material. Tiene su lado frontal hacia occidente, 2 cuerpos piramidales y fracciones de la escalinata, los otros 3 lados son de un solo talud ininterrumpido, excepto el talud de oriente, que es muy alto y descansa sobre un pequeño basamento en talud.
Sobre esta gran plataforma hay cuatro pequeños montículos, un largo muro con una puerta sobre el borde oriental, y el adoratorio de forma rectangular, con puerta al occidente; muros verticales con altura de 3.05m. Estos recibieron en su mitad inferior, un adosamento que les dio inclinación y fue aplicado por pastizaje.
El Fortín o Teocali Principal: es el monumento arquitectónico más importante de la región y el segundo en belleza, después del edificio de los nichos del <<Tajín>>.
Tuvo un segundo y tercer piso construidos sobre 71 vigas de cedro rojo, que descansaban sobre una gran viga maestra, sostenida por 4 pilares rectangulares. Permanecen de las vigas los huecos de su empotramiento o fragmentos en su posición original. El tercer piso lo sostenían 9 gruesas vigas de cedro que descansaban sobre otra gran viga maestra, puesta arriba de la primera.
Es el único adoratorio prehispánico que conserva las huellas con varios pisos con escaleras movedizas, posiblemente hechas en trocos rollizos con una horqueta hacia abajo y una serie de muescas, según se usa en muchos poblados indígenas y que en ellos se guardaban los útiles de guerra y religiosos, 8 vigas pequeñas servían de tirantes, para amarrar y dar firmeza a las paredes, apoyando una de la otra. Las maderas eran de cañamazo.
El techo fue de paja, ya que en las partes de la pared que se conservan completas, no presentan ninguna secuela de desprendimiento de un techo plano; además no se puede llenar con materiales tan pesados y poco coherentes un vacio de 13.70m…por 6.66m., sin poderle ofrecer numerosos apoyos como pilares y columnas, los cuales no podrían sustentarse sobre los pisos de madera, ni sobre el primer piso, porque los pilares de este solo tenían una altura de 3.10 m.
El teocali de Cuauhtochco empezó a construirse en el siglo X a.n.e., siguiéndole 2 estructuras intermedias sobre las cuales no se tiene ningún dato para fecharlas, y por último, la hoy visible, de características arquitectónicas claramente a finales con las del valle de México, tanto, que es probable que haya sido construida bajo la dirección de arquitectos mexicas o texcocanos, que conquistaron la ciudad en 1540.
Entierros: en el pozo 2, sobre un estuco rojo y a 0.60 m. de profundidad, se encontró un depósito de 12 cráneos, en malas condiciones de preservación. Unos tenían las vertebras cervicales, de lo cual puede inferirse la costumbre de cortar la cabeza a los enemigos muertos en batalla o a los prisioneros sacrificados. Estos cráneos más que haber sido sepultados fueron arrojados al sitio de los desperdicios del templo, tal vez después de haber sido usados en alguna ceremonia. Se encontraron otros tres cráneos aislados, sin ofrenda. Cerca de los 12 cráneos, pero ya en la trinchera adjunta que recorre el muro que limita el recinto sagrado hacia el occidente, a la profundidad media de 0.70 m. y a 3 m. del muro, aparecieron 4 fragmentos de cráneo (calotas), 1 peroné, varias costillas, 2 iliacos, 8 vertebras, 3 clavículas y 75 mandíbulas inferiores, todo muy arraigado, sin ordenamiento ni ofrenda
Otros sitios: en Balsaminas, Quiebracha y Loma de En medio. Son pequeños montículos bajos y muy dispersos; plataformas y algo no encontrado antes, que resulto ser característico de la región y de la época de las remojadas superior, según lo indica la cerámica asociada a tales construcciones. Estas consisten en simples hiladas de piedras, como cuarterías de forma rectangular, aisladas o adosadas una a otra.